domingo, 22 de febrero de 2015

Oriente


"Avatar: the last airbender" fue el camino de vuelta a mi amor por lo oriental y choque de separación con un tiempo lúgubre y realista que anduve viviendo. Lo oriental para mi es mi niñéz, mi escape, mi amor secreto, la música, la paz.

Esta es una melodía de Samurai X que difícilmente escapa mi mente.

Romance City


Hoy habré visto 40 mnutos de "Something's gotta give" y es increíble lo mucho que me gusta y lo bien que me hace sentir esa película. La pareja de Diane Keaton y Jack Nicholson me parece super adorable, no se, me la pasé sonriendo todo ese tiempo hasta que me sentí tan bien que decidí dejarla y salir a andar en bici. 

En momentos de desesperanza y bajón, confusión, es lindo saber que hay cosas que me afectan y me endulzan sin que las racionalice siquiera. El amor está en todas partes y en todas las formas. Está bueno ir conociendose, incluso si es muuuy de a poquito y con cosas pequeñitas como películas que te hacen sonreír un domingo a la tarde. 

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*me gusta que Frances McDormand parezca ser una tipa muy copada.

miércoles, 11 de febrero de 2015

Generaciones

Me gusta mucho saber que hay generaciones irrepetibles. No tanto que cada uno es un individuo, sino que hay generaciones enteras que comparten las mismas cosas. Me parece una sensación invaluable, y de hecho, irrepetible. Por más que alguien en el futuro vea los programas o libros que tenemos hoy, no los vivirá de la misma forma, no tendrá las mismas referencias culturales que orquesten el sonido de su interpretación, de su sensación (feeling). Me encanta.

Lo empecé a notar al buscar los animes que veía de chiquita y encontrarme con toda una nueva oferta, o pensar en mis películas de Disney de la infancia y ver que ahora hay toda una nueva generación, o pensar en una obra de teatro por ejemplo. Recién leía un artículo sobre Lewis Carrol donde decía que la primer adaptación teatral de la obra había sido en 1883 de mano de Henry Clarke, y que al mismo Lewis le había gustado mucho. Me inrtigó, me dieron ganas de ver una obra de hace 131 años... Ciento treinta y un años.

Entonces, sintámoslo o no, querámoslo o no, somos parte de algo grande. Somos parte de un grupo de gente que comparte chistes, crea significados, tiene historias similares... Un vínculo de vida irrepetible y especial. Y lo que más me gusta no es sólo apreciar mi hoy sino pensar en todos esos ayeres, en todos esos otros narradores como yo situados en diferentes generaciones. Somos parte de una línea temporal que no sólo nos conecta con nuestros contemporáneos sino con todos los que vinieron y vendrán.

miércoles, 4 de febrero de 2015

Impredecible

Suelo decir esto... bastante, pero es porque siempre me cae como una sorpresa placentera: Disfruto las cosas que no puedo controlar. Yo soy de esas personas que se jactan de su amplio poder de análisis, y a la vez padezco su predominancia sobre mucho de mi accionar. A veces siento que no soy libre de mi misma en tanto siempre estoy calculando/pensando/planeando, no sólo lo que voy a hacer sino lo que voy a sentir de alguna forma. 
Pero de vez en cuando hay cosas que me sorprende el no controlarlas.. cosas que tienen acceso directo a mi sentir incluso cuando me creo impermeable. Cierta musica específica, ciertos temas, artistas, personas inspiradoras... ¿Porqué me gustan estas cosas y no otras? Eso. No se, me gusta sentir que no me tengo resuelta y empaquetada. No tengo todos mis costados iluminados y razonados, por más que siempre intentemos entendernos, siempre vamos a desear que algo de ello permanezca en penumbras. Porque en definitiva, una vez que racionalizamos algo, tenemos dominio sobre ello, podemos controlarlo; pero cuando no tenemos tal dominio, hay algo subterráneo/subconciénte/más original que le da razón de ser, sin manchas su ser de razón.

Las cosas a las que más cariño le tengo son las que no puedo elegir. Y de alguna forma, son las que me hacen más libre y más yo.