martes, 19 de mayo de 2015

Je suis desolé

Estamos muy acostumbrados a usar palabras sin necesariamente hacerle caso a lo que conllevan realmente, ese significado que conocemos pero que no siempre tenemos en cuenta. Ayer estaba pensando en el "perdón", lo usamos bastante, cuando nos disculpamos por algo o cuando se lo entregamos a alguien. En mi caso, me di cuenta que "perdón" suena a algo fuera de este mundo, especialmente cuando hay que perdonarse uno mismo. 
Hace un tiempo murió una perrita mía a quien adoraba y en sus últimos días, no estuve con ella, pensaba que se pondría mejor y murió sola. Desde entonces, la culpa me invadió. El sentir que abandono a mis seres queridos cuando me necesitan, empecé a darme con el látigo cada vez que podía y me siento muy responsable todavía pero ¿cuándo terminará esto? Porque necesito que termine, ya me castigué, ya sufrí, suficiente. Extenderlo eternamente no me hará sentir mejor ni mejorará nada. Entonces surge la pregunta ¿cómo te perdonas a vos mismo cuando tenes la culpa instalada? ¿Cómo, luego de un error que te causó bronca, te permitís el perdón? Es sabido que uno suele ser su peor crítico, quizas dejás que alguien te seduzca a perdonarlo, pero cuando el que te mira del otro lado con remordimiento sos vos, la cosa se dificulta.

Es un salto de fe, es u letting-go, un dejar ser, liberarse, es cuestión de dejar de sostener el resentimiento, de abandonar la culpa, de dejar de pensar que tener a quien castigar remedia el crimen cometido. Hay que soltar. Y pensaba... parece re metafísico, super increíble hacer eso, perdonar, simplemente soltar. A no confundir con el olvido y la negación. Deberíamos ejercer más habitualmente esta acción que hoy siento como si la conociera por primera vez. Hoy me doy cuenta de que perdonar es lo contrario a pensar algo, es sentir.. sentir el perdón y dejar de sentir la necesidad de presionar un dolor contra el pecho.

Deberíamos implementarlo más en la vida, principalmente para con uno mismo. Querernos lo suficiente como para permitirnos eso, que no llega a ser un "borrón y cuenta nueva", porque nada se olvida, pero entender que todas las cosas tienen su tiempo. Tiempo de vivir, de sufrir, de castigar, de asentar,... y luego seguir viviendo sin tenerlo presente todo el tiempo. 
A veces nos obligamos a recordar cosas, personas, situaciones por miedo o culpa de que si no lo hacemos, los olvidaremos, y no se merecen eso. Pero nosotros tampoco nos merecemos cargar con todos esos recordatorios, hay que confiar que si las cosas fueron sentidas realmente, nunca se pierden... Escribirlas en algún lugar y luego permitirse olvidaras y andar hacia adelante. 

Caminar hacia adelante, seguir recolectando cosas para escribir y luego guardar, pero no dejar que cada experiencia de vida nos trabe un poco, como andando por un pantano y enroscandonos con lianas y barro hasta que ya no podamos caminar.. Hay que animarse a salir del pantano y seguir caminando, sabiendo que estas cosas van a seguir sucediendo y aprender a perdonarse. Bajar el "perdón" de ese lugar utópico, y ya que estamos bajar otras cosas de esa nube de utopía tan lejana.
Quiero perdonarme por no confiar en mi, por las veces que no dejo que la opresión venga de afuera pero sí de dentro mio, quiero perdonarme por victimizarme y dejar que las cosas me pasen por encima. Ya está, lo dije, y ahora sigo...